Increíble.
He tenido un fallo de primero de emprender. Imperdonable.
Mira.
Llevo más de un año difundiendo información de fibromialgia. No sólo para quienes estamos enfermxs, sino para todas las personas que conviven con nosotrxs o están en nuestro círculo cercano. De hecho, quizá nuestro círculo sea quien más necesita información, ya que nosotrxs conocemos muchos aspectos de la fibromialgia por tenerla en “casa” todo el día.
Comencé a informar en medios sociales y a relacionarme con grupos y asociaciones.
Cuando me vine a dar cuenta, tenía alrededor del proyecto un alcance de más de 15.000 personas.
Parece una cifra muy chula, pero no daba a basto.
La web.
Facebook.
Instagram.
Correos electrónicos.
WhatsApp.
Contacto directo con asociaciones.
Eventos de grupos de fibromialgia (presenciales antes del COVID).
Bla, bla.
Lo que parece ser bueno, puede convertirse en un alud de trabajo descomunal. Inmanejable.
Pero me sentía en la obligación de continuar. ¿Por qué? Porque personas me escribía (y me escribe) dándome las gracias porque les ayudo con esta iniciativa. Como dice Mastercard, eso no tiene precio.
Hasta que acabé bloqueada, agotada, exhausta. Mi cuerpo y mi mente no daban para más.
Verás.
Todo comenzó como consecuencia de esta maldita enfermedad. No puedo trabajar en mi profesión de toda la vida, profesión que adoro, la confección. Y mira que lo intenté.
Pensé … ¿por qué no hago de una acción altruista que me está costando dinero una acción sostenible? Ahí vi que Mastercard no tiene razón. Todo tiene un precio. Hacer difusión de la fibromialgia, también. Aquí te digo cuanto me gasto yo.
Esto me servía también para un propósito mucho más profundo: no sentirme inútil, un parásito social que no podía trabajar, cotizar, disfrutar de mi desarrollo profesional como persona.
Y volví a pensar: sin poder trabajar en la confección, teniendo fibromialgia de grado 3, y una discapacidad superior al 50%, ¿qué narices hago?. Nada, no era una opción.
Y así fue como cree El Universo De Mayka, una iniciativa en la que trabajo como autónoma.
Recogí toda la información de la que disponía, hablé con profesionales, enfermxs de fibromialgia, asociaciones … incluso gente sana. La diversidad me dio riqueza de conocimiento.
Lo plasmé todo en una guía, fácil de entender, práctica, resolutiva, que respondiera a las preguntas más frecuentes que me he ido encontrando a lo largo de todo este tiempo.
Y de paso, que me permitiera seguir manteniendo activa esta iniciativa.
Lancé la guía.
Has sido testigo presencial de una de las vías que he utilizado para el lanzamiento, estos correos electrónicos que salen a una lista de más de 1.300 personas. 29 se han dado de baja, no pasa nada, lo entiendo.
La acogida general, ha sido muy buena, estoy muy contenta.
Recibo un buen número de respuestas que he de confesar, agradezco muchísimo. En una de ellas, una lectora de los correos me dice:
“Mayka, el enlace que pones hacia la guía, no funciona”
¿CÓMO!?!?!?!? Llevo un mes y medio preparando este momento y NO FUNCIONA EL ENLACE!!
¡Tierra trágame!
Un error de primero de emprender.
No son todos los enlaces, solo algunos, cosas de la herramienta que utilizo para distribuir los correos, los expertos lo llaman con una palabra rara, algo así como segmentos. Pues eso, un segmento presentaba problemas.
Me ha dado mucha rabia, quería ofrecer una experiencia exquisita. En fin. Cosas de emprender.
Ya está solucionado. Te pido disculpas si te ha pasado a ti:
“Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”
O sí, pero lo arreglaré de nuevo.
Aquí, la guía de fibromialgia.
PD: Si no funciona algún enlace y me lo dices, te lo agradeceré. Si me dices lo que te apetezca, te lo agradeceré. Y si no dices nada, también. Gracias por leerme.
Mayka Ortiz.
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